Las playas de la costa norte de Santander son pequeñas y con poca arena, debido a los temporales de los últimos años.
La zona de la costa próxima a las playas recibe el mismo nombre que estas. Por tanto desde la Maruca pasearemos por Rosamunda y llegaremos hasta El Bocal.
Esta zona de la costa pertenece a la localidad de Monte al norte del municipio de Santander en un entorno rural de viviendas unifamiliares.
El camino tiene mil sescientos metros de longitud de ida.
El sendero es llano, serpenteante y pedregoso. No tiene desniveles y no presenta dificultad ni peligro.
Desde Santander atravesamos Monte hasta llegar al aparcamiento próximo a la Playa de la Maruca.
Iniciamos nuestro camino en la parte central de la pequeña península de la ensenada, conocida como Punta de San Pedro.
En el lugar donde estaba la antigua Batería de San Pedro se levanta el Centro de Interpretación del Litoral.
A la derecha de la Punta de San Pedro la gente aprovecha las rocas en forma de lanchas ligeramente inclinadas para tomar el sol y acercarse al agua para bañarse.
En esta zona, que se encuentra fuera de la ensenada, el oleaje es fuerte.
Aquí vemos como los surfistas se introducen en el agua para tomar las olas que rompen un poco más allá.
Esta zona corresponde con la unión de la península por su parte este con la costa.
Aquí hay una pequeña playa que ha perdido la mayor parte de su arena.
Esta zona forma parte también de la Playa de la Maruca.
Al final de este tramo de rocas se encuentra la playa y la zona de Rosamunda.
Hay varios caminos y carreteras que llevan a diversos puntos del sendero que vamos a recorrer hoy.
La gente que se acerca a estas playas conoce bien la zona y sabe como llegar en coche por los distintos caminos hasta cerca de los lugares donde se ubican. Gente que huye de los agobios y aglomeraciones de las otras playas de la ciudad.
A la derecha vemos el sendero por donde vamos a caminar, que está cerca de la costa.
No hay acantilados hasta que entramos en la zona del Bocal.
LLegamos a Rosamunda y vemos más gente tomando el sol en las rocas.
Mide cincuenta metros de longitud.
Esperemos que los siguientes años las mareas devuelvan la arena que se han llevado.
Justo detrás de esta imagen hay un pequeño aparcamiento y una carretera de acceso desde Monte.
Seguimos el sendero.
Estamos en Rosamunda y los bañistas se distribuyen por las rocas y se bañan en las pozas que deja entre las rocas la marea baja.
A la derecha de este camino hay prados verdes en donde la gente pasa el rato bien pertrechados de sillas, mesas y sombrillas.
Es curioso encontrar caravanas y minicasas prefabricadas en los prados, todos con muros de piedra seca. Parece una estampa de hace muchos años.
Es una zona muy tranquila, típica y curiosa de ver.
Desde un saliente al mar de Rosamunda vemos la parte de costa que hemos recorrido.
A la izquierda se encuentra la Playa de Rosamunda.
Seguimos el sendero.
Vemos las rocas inclinadas hacia el agua.
No es complicado caminar por ellas.
Hay una carretera que va desde la Maruca a El Bocal con muchas entradas a la costa.
El coche que vemos delante es señal de una de ellas.
Las pozas de agua que quedan entre las rocas donde la gente se baña.
Quitando las playas, bañarse en mar abierto en esta zona con las rocas hasta el borde es muy peligroso.
A partir de aquí hay otra ensenada, pero más abierta al mar con la costa más alta con acantilados.
En esta zona el oleaje es mucho más fuerte que la anterior.
Es una zona menos visitada que las que hemos visto antes, excepto la Playa del Bocal.
Aquí se aprecia el tipo de costa de esta zona.
Rocosa también, pero más abrupta.
En toda la ensenada el oleaje es apreciable.
Es una playa estrecha, poco más de veinticinco metros y cincuenta de anchura, protegida del oleaje de la ensenada.
Cerca hay una carretera de acceso y un pequeño aparcamiento.
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